No estamos diciendo, válgame Dios, que Platón el filósofo griego salió un
día a manejar un taxi por esas calles de todos. No,señor. Tal
exabrupto, además de ser una inocentada, es una ofensa a la
inteligencia de nuestros lectores. Nada más lejos de la intención de
un humilde escribidor de cuartillas. No se trata, en fin, de ver a
Platón manejando un taxi por las calles de la ciudad. Es un pasajero
en un taxi manejado por un humilde conductor, pero, quiŕn hablando de
la situación del pais, razona en la más pura línea de la lógica
platonica, dejando asombrado y abismado al pasajero. Y piensa el
pasajero ocasional, cuál es la calidad de la catástrofe sucedida para
las mejores medidas de supervivencia, para que un humilde conductor
taxista conozca y aplique con la exactitud y rigosidad de un
científico filosófico, platónico y kantiano.
El pasajero distraído, quien echa este cuento ahora a unos
contertulios en su casa, a pesar de pensar lo mismo cual piensa el
taxista, confieso no dominar la lógica como cuando tenía veinte años.
Usted, es lógico? Críptico? Genealógico? Numismático?
Debil… mental, acaso? Agáchese, le van a dar su merecido papirotazo,
y no precisamente con un papiro, sino con una tremenda, espantosa,
laja de piedra pulida. Así es la vida. What, me worry? Nein, nein.
Monthly Archives: December 2014
UNA MISIVA INESPERADA
La joven vacila trémula, la carta entre las manos. Duda en abrirla,
si la abre o no – cuestión de vida o muerte. Puede ser, como de si poder
tratas, aquellas palabras tan esperadas del hombre a quién amaba, y
quién debería contestar si él también la amaba. Pero, en el mejor de
los casos, Dios me salve el lugar de algun ser querido muerto en
lejanas tierras, a quien quiso mucho y seguirá queriendo a pesar del
tiempo y la distancia.
Puede ser, por que no pudiese ser, haber ganado el Premio Primero del
Concurso de Cuentos enviado al Concurso Nacional de Cuentos, al cual
había optado, o al Premio internacional del Cuento de la
Editorial espanola Betaguara. Tiembla su mano y todo su cuerpo ante tal
posibilidad, la cual le abriría inmensas posibilidades – una
carrera literaria de gran envergadura.
Pero no. No estaba de Dios que eso sucediese. Era finalmente una
felicitación por su cumpleaños olvidado, enviada por el amor de su
vida. Lo llamó por teléfono. Salieron juntos. El amor brilló como el
sol ese día: esplendoroso.
ALGO PASO AQUI
Cerraron las ventanas; arrancaron la puerta y la cerraron, condenaron
salidas auxiliares de la antigua mansión, ahora arrodillada. Libros al
paredón, discos al ancianato. El patio quedó en la calle, la calle en
frente de un auto. Terreno ocupado antes, ahora en descampanado. Los
transeúntes impasibles contemplan asombrados como se desmonta una
casa, sin dolerle a nadie lo contrario. El árbol deshojo sus ramas,
señal de duelo y llanto por su compañera de los años pasados. El
porvenir serán ceniza y cardo, arbol y casa entrelazados.
Quienés fueron los culpables? pregunta el paseante distraído.
No se sabe, ni se supo aún ahora. Mañana, cuando todo sea pasto de las
llamas, no quedará ni el recuerdo de la casa ni de sus habitantes.
Las tapias volaron por el aire, llevadas por el viento quién
sabe a alguna parte, o a ninguna. La casa queda, triste, muda y sorda,
llanto recogido. Llora por sus habitantes, de tanta y tanta reunión y
fiesta, nacimiento y boda. Una casa vacía es casa muerta. Una casa
habitada es casa viva.
LAS COSAS QUE QUISIMOS
Son las que más quisimos, las cosas que perdimos; las que no quisimos,
las llevó el viento, no volverán jamas.
Las cosas que quisimos debimos conservarlas, felices quienes lo
hicieron, infelices somos los que no pudimos conservar siquiera un mal
recuerdo y una buena memoria..
Usted, está casado felizmente? Si? Lo felicito. Pocos, en realidad
pocos hombres pueden o podrán decir lo mismo.
He visto muchos hombres cargar aún sus cosas más queridas, en
un bolso de mano, o en una carretilla. Sobre todo, llevan en el carro
la mujer amada – ella siempre los quiso y aún son muy queridos.
Otros perdieron en el camino, una mujer. Nunca pudieron hallar otra,
ni saber la razón, el por qué y el cómo de tal desatino.