No estamos diciendo, válgame Dios, que Platón el filósofo griego salió un
día a manejar un taxi por esas calles de todos. No,señor. Tal
exabrupto, además de ser una inocentada, es una ofensa a la
inteligencia de nuestros lectores. Nada más lejos de la intención de
un humilde escribidor de cuartillas. No se trata, en fin, de ver a
Platón manejando un taxi por las calles de la ciudad. Es un pasajero
en un taxi manejado por un humilde conductor, pero, quiŕn hablando de
la situación del pais, razona en la más pura línea de la lógica
platonica, dejando asombrado y abismado al pasajero. Y piensa el
pasajero ocasional, cuál es la calidad de la catástrofe sucedida para
las mejores medidas de supervivencia, para que un humilde conductor
taxista conozca y aplique con la exactitud y rigosidad de un
científico filosófico, platónico y kantiano.
El pasajero distraído, quien echa este cuento ahora a unos
contertulios en su casa, a pesar de pensar lo mismo cual piensa el
taxista, confieso no dominar la lógica como cuando tenía veinte años.
Usted, es lógico? Críptico? Genealógico? Numismático?
Debil… mental, acaso? Agáchese, le van a dar su merecido papirotazo,
y no precisamente con un papiro, sino con una tremenda, espantosa,
laja de piedra pulida. Así es la vida. What, me worry? Nein, nein.