Demasiado mucho de tanta sangre derramada, de tanta destrucción
aborrecida, tanta inequidad establecida. Demasiada el hambre, el odio,
la voluntad perdida, los ojos turbios, la boca amordazada, la
esperanza perdida, el alma en vilo, la muerte en cada esquina.
Demasiado mucho el querer venganza, demasiado poco el valor para
obtenerla. Demasiado poco de moralidad escasa, demasiado mucho de
inmoralidad extrema. Demmasiado mucho de prostitución obligada,
demasiada poca capacidad para evitarla. Demasiada tragedia, demasiada
muerte infantil, materna, juvenil, adolescente. Demasiado mala la
calidad de vida, demasiado buena la cantidad de muerte. Familias
enteras despedazadas, sus pedazos lanzados al viento que los lleva
y los deja varados donde quiera. Demasiados destinos para un exilio
ingrato, demasiados pocos para vivir una vida feliz.
Se fué la esperanza, llegó la indiferencia. Se fué el amor y nos
dejó el odio como fatal herencia. Murieron los abuelos, los padres se
fueron. Quedaron los hijos anclados en la Madre Patria. Quizás
ellos sean la esperanza. Quizás.