Respetable público: Permítanme presentarme a fines de su mejor
conocimiento, con su venia, su aquiescencia y condescendencia. Yo he
nacido y renacido a diario, semanario, mensuario y anuario, en las
riberas de un gran río, llamado el Arauca vibrador, porque su
corriente vibra como cuerda de arpa y bordón de guitarra nueva.
Cuando nieva me desnudo, cuando llueve nadie puede hacerme vestir de
nuevo hasta dejar de llover. Mire que soy de buen ver cuando de
liquiliqui y sombrero, encabullao el garrote, bajo del cerro al
poblao en busca del joropeo o del baile de tambor, que a negra de
buen olor no le niego un manoseo. Yo me resbalo en lo seco y me paro
en lo mojao, no hay quien me aguante un envite y yo en todo tiempo
listo para el juego de dados, el dominó, el de bolas y el truco es mi
pendón, mi bandera y mi sudario. Me gusta el ron de vinola, la cana y
el aguardiente blanco, el buen ron de la barrica grande, y el mejor
güiski de la escocesa tierra. Soy del tamaño del compromiso que se
me presente, pago lo que debo a su tiempo justo, y espero que me
paguen en igual forma porque también es justo y es mi gusto. Soy
quien cobra, paga, y además se da el vuelto. Soy caminante de a pie,
caballero andante montando caballos blancos, caballero si me toca
camino a caballo por todos los barrancos, si burrero me toca, burro
monto en un de pronto y sale corriendo mi burro como si fuera caballo,
Cuando una dama me ofrece al paso de mi estandarte la flor de su amor
en serio, no vacilo, la arranco sin más remedio ni espera, alzo la dama en
mis brazos y la conduzco al connubio, dejándola satisfecha a ella
y yo queriendo más tanto,
Soy quien canta más claro que todos por esas blancas llanuras,
soy domino a Canaima y al otro que da tortura, he cantado con el
Diablo ganándole el contrapunto, y en la hora precisa y en punto, a
punto de amanecer, le hice dar marcha atrás y desaparecer por el
rastro de la senda por la que nunca se vuelve, No hay mujer que se me
niegue ni pingo que se me atore, cuando va usted yo ya vengo, y
cuando usted venga hace tiempo ya me fuí, montando el caballo negro
con casquillos al revés, de modo y manera, negro, que nunca me hallará
Usted, Buscará por este lado cuando por el otro me fuí, y no verá de
nuevo asu hembra hasta el día siguiente cuando yo se la devuelva.
Verá en la lejanía un polvero, luego un jinete a caballo, su mujer
monta a la grupa, y en un galope tendido y en apenas un ratico, su
mujer cae en sus brazos, sana u y salva y sin daños ocultos o
presente, como podrá usted mismo esta noche cuando vuelva al redil la
que usted vió partir con ojos azorados, no más ayer.
Pero, amigo mío y compañero, no se preocupe tanto por tan poca cosa
que no hay cosa como esa, no es jabón que se desgaste y por más que
Usted le dé, y le dé de más y más, jamás se acaba y desgasta para
fortuna suya y la nuestra.
Ahora, bájese un momento del caballo, usted que como yo es
llanero de averías, y contemple lo que Usted debe ver y no ha visto:
vea esa llanura infinita que se abre ante sus ojos y la verá como un
inmenso mar que también invita a navegar por siempre. Le diré
así mismo lo que hacemos desde hace tanto tiempo que lo hemos
olvidado: arrear, punteros en la soledad, a puntas de ganado
hacia los centros de beneficio para beneficio de todos los
ciudadanos, Somos pues los caminantes del camino,