NO PREGUNTEN QUIEN MATA

NO PREGUNTEN QUIEN MATA ni por
qué mata, ni a quién mata, porque están matando por nada y puede ser
que te maten a tí también. Pregunta en vez de eso, por qué no hay
nadie quien pare la matanza, ni aquí dentro, ni allá afuera, ni
arriba, ni abajo. Y no debes preguntar sencilla y llanamente
hablando, porque te habrás de enterar: quien sí puede parar la
Gran Matanza, está mirando para otro lado, donde sí hay otras
matanzas que interesa más detener en nombre de la Libertad. Te
enterarás así mismo y también, de un pasón y fumarte una lumpia,
que eso te pasa por confiar en quien no debes, pues debes confiar en
tí mismo primero y después en los demás. En fin y al fin, qué más
da, toma la antorcha y marcha hacia adelante, sin vacilaciones,
porque vacilar es perderte. Adelante, siempre adelante, nunca hacia
atrás, porque además que para atrás espantan las sombras de las
marchas anteriores, te vienen acechando los traidores de siempre.
Sépanlo de una vez, estimados jóvenes universitarios que hoy se
inmolan ante el altar de una Patria envilecida, envejecida, arruinada,
que sólo espera por tí, allá, en el horizonte del Nuevo Día que
amanecerá mañana.

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