Se habrán dado cuenta estimados usuarios
de la red, fanáticos de las nuevas tecnologías
que todo lo que piensan, lo que hacen, lo que
dicen, están disponibles como en una
vitrina, para que el mundo entero los vea?
Es como si los trapos sucios que debieran
lavarse en casa, se lavan a la vista de todo
el mundo. Es la violación más clara, orga-
nizada de la intimidad humana. Tu corres-
pondencia es violada, tus cuentas en los
bancos si te descuidas, son de todos conocidas:
acreedores, deudores, asomados, curiosos –
todos forman parte del combo organizado.
Volvamos a las costumbres antiguas de mis
años mozos: cartas escritos en papel, enviadas
por Correos de Venezuela (después Ipostel)
estados de cuenta bancarios impresos para
poderlos leer; datos personales en forma de
un documento extraño llamado datos de
filiación, más difíciles de cacar u conocer
que se necesitaba Dios y su ayuda para obtener
y a veces ni uno mismo los lograba saber.
De música no hablemos: no hay discos LP
sólo datos intangibles llamados MP3
o llamados con extrañas siglas, por ejemplo OC
Consecuencia ineludible los viejos discos
de vinilo, no fabricados ya, pasaron a ser
tesoros de colección de sus felices dueños
por el valor que tienen de acuerdo con el uso
que les hubiesen dado. Pero no termina ahí
la cosa: pretendiendo los dueños del circo
cobrar por algo que no les cuesta nada y
además algo que se volatilizará a su debido
tiempo y pagará usted de nuevo por el mismo
disco una y otra vez – usted y sus herederos.
Casta de ladrones esos necios dueños del Internet
sin que nadie los autorice para eso. Volvamos
como en el otro caso a los viejos tocadiscos
de longplays con todos sus defectos, problemas
de variedad de agujas, peso del brazo,
etcetera, etcetera. Con todo y eso; guarde
sus viejos y mande los CD por correo
expreso, y los equipos relacionados con eso
al carrizo viejo!