La Casera

Nunca fué un alquiler tan bien pagado
como el que le pagó Manuel a la Carmela
su casera que vive en el piso de abajo;
puntual como ninguna el último del mes

se presentó al lugar alquilado. El alquilado
confesó no tener cómo pagarlo; ella sin rubor
alguno le dijo: Lo siento mucho pero si no
tienes efectivo, puedo por ejemplo darte

un préstamo o me pagas también, en especie,
En cual especie? preguntó el, interesado.
En esa especie de gato encerrado que entre
tus piernas pugna por salir de esa prision

en que lo tiene preso el desdichado. Le pago
pues en especie con el alquiler redoblado. La
casera, chica de multiples recursos, le dijo
despues de tan buenos resultados: una última

exigencia tengo que hacerte: que me pagues
un año por adelantado. Y si no tienes efectivo
suficiente, te doy el mismo plazo, pero para
asegurarme el pago a su debido tiempo te muda-

rás conmigo mientras pagas con ventaja de
renovación si es tu gusto. Así lo hizo, y ahora
el inquilino anda con cartel de santo por esos
caminos, sin tener que trabajar porque tiene

segura la mujer, la casa y el comer fino.
Lo envidias? No lo envidies, Todo trato
tiene su mal entendido: él ya no puede
alquilarse en otra parte porque el diablo

se lo lleva por delante en su camino.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *