En este mundo multicolor en el cual vivimos, cada quién tiene su
oficio, y cada uno recibe sus beneficios que merece o sus maleficios
que le destinan sus íntimos procederes. Usted, querido amigo, a qué
dedica sus momentos ? Yo, a bien seguro, dedico mis esfuerzos a
sembrar. Soy sembrador, de los de antes. Ah sí, y que siembra
usted, amigo mío? Frutas, hortalizas, granos? No, yo siembro algo
especial, de raro entendimiento y suceso – siembro cultura. Cómo dice,
querido amigo? Siembra usted cultura? Y cómo se hace eso? Pongo ideas
en los surcos cerebrales agostados y secos, y recojo hombres cultos y
pensantes. Ha tenido éxito en esa empresa que pareceme infértil?
Claro que sí: míreme a mí, soy un hombre culto. Y no hay más, en
esta tierra de la media luna y el medio universo? Debe haberlos, pero
no los he encontrado. Si usted halla alguno, avíseme para irlo a
visitar.
Aún esperan por la visita de los embajadores extranjeros.