LA SERIEDAD FACTOR DE UN GRAN DOLOR
Amigos míos y de todos los que aquí trabajamos, que la seriedad duele,
y duele, donde más debe doler, como lanza en un costado. No te deja
mover, y si lo haces, el dolor se hace más agudo y lacera sin
misericordia, tejidos, venas y arterias. Sólo cede, al más mínimo
movimiento de una sonrisa feliz. Entonces, la alegría va tomando el
lugar del dolor, desaparece la lanza imaginaria, se reparan en
segundos los tejidos y todo vuelve a ser felicidad donde antes hubo
dolor y lanzas por donde quiera. Sonría, y el mundo reirá con usted;
ría y obtendrá el mismo resultado, llore, y sólo llorará usted,
solitario, en medio de un desierto sentimiento que pronto asimismo
morirá. Es un dicho antiguo, pero no por antiguo menos cierto.
Ría una mujer, ah, no sólo el mundo entero se le unirá en la risa,
el sol, las estrellas, los mares y océanos, los pájaros en vuelo, el
cielo, los dioses, los Olimpos, los vientos, los montes y las
llanuras, los grades ríos, el Orinoco, el Amazonas, el Paraná, todos a
una, serán una inmensa sonrisa que dominará todos los cielos.
Oigan los que tengan oídos y puedan oir una carajada Sonora,
femenina, y no Habrá Rincón en el mundo entero donde todas las campanas
doblen a holgorio con entusiasmo de acero.