LOS ENERGUMENOS

Los energúmenos son catecúmenos, son lo de menos, son los enanos,
se van de las manos, se dan con los pies, traspiés tras traspiés,
caminan de lado, se quedan parados, vuelven a marchar, marchan y no
marchan, van pero se quedan, quédanse varados en plena pleama. Y si no
marchan qué más le dan, no les dan nada así que marcharán a donde les
den alguito para poder cansar los tristes músculos del minúsculo
cantar, del mayúsculo fracaso en los amorosos favores el no poder
ganar. Puro fracasar, nunca adelantar, siempre para atrás donde
fantasmas salen y aparecen siempre con ganas de bailar. Nunca hacia
adelante, donde el futuro está, mas cuando el futuro los alcance será
muy tarde ya.

Cardúmenes, cacúmenes, menhires, pedregales, piedras para lanzar.
Arenas, arenales, impuestos municipales para tirar al mar.
Prolegómenos, infórmenes, loqueras, loquetrices, meretrices
cualesquiera para lo que haya menester; peligros, pedigrees,
caballistas, equilibristas en precariedad mortal. Cardúmenes,
resúmenes, dictámenes, condénames, condámenes, condados, marquesados,
tirados al pajón. Pajonales, andurriales, barriales, tropiezos al
granel. Fodeles, infideles, mortales, inmortales, delebles, indelebles,
mostrables, escondibles, escondites, amoríos, albedríos,
tenorios, jolgorios, chinchorros, chinchurrias, marramucias todas en
desfile marcial, Tangachos, tangazos, arristrancos, guruperas,
sillas de montar. Perenden muy merengues, merengadas, garrapinadas,
piranhas, peces caribes, presidentes uribes, uribanas tonadas,
máscaras de papel.

Todo un mundo de locos, todo loco con su tema, cada tema será escrito
por Serrat y por Gardel.

Mundo loco? Loco mundo? Nadie canta? Todos lloran? Qué le vamos a
hacer? Irnos, dijo alguien, y tantos fueron los que se fueron, que en el
país de nuestros padres ya no quedan hijos, sino puro verde monte, pura
sangre roja derramada por doquier. Caminante, no hay camino. Tendrás
que construir. Mas no, no hay materiales ni materia médica, no
hay ni habrá comida, no hay dólares, sino Dolores al por mayor y sin
querer.

Adiós, Soledad Montoya! Donde vas que más valgas, que aquí en
este terrenal? Al Norte helado voy, mi querido capitán, allá sí hay de
todo, pero falta la guasa del terruño, la sangre caliente del tambor.
Pues si es ese el caso y el acaso, nos llevaremos el tambor, el humor,
el pasito tun tun, el tumbao de la negra Celia, el baile del sillón,
el saxofón, y a Billo y Aldemaro los llevaremos encaletados porque ellos
no saben viajar sino bajo los fustanes de cualquier mujer. Y allá se
va, bajo los labios de la Naomi, quien ayer vino y ya se quiere ir.

Y tú, General Pompeyo, con tus legionarios de siempre, donde irás a
depredar tanto como lo haces aquí? Iré al Sur, siguiendo la Estrella
del Sur. Por allá abajo todavía queda mucha pampa que galopar a
galope tendido sobre el alazán de los sueños del Atahualpa Menor.
Mucha carne en tiras que yantar, mucho vino que escanciar, mucho
mate pa’matear, mucha gringa por escoger al Que caray,caray,caray!!
Grita el Gorchunoff, lanza las boleadores, derriba la vaquilla y la
yerra con una J grande, y sonríe – él sabe algo que nosotros no
sabemos, él es judío y llegó en un barco por el ancho Río de la Plata,
la ruta por donde llegan millones de extranjeros en búsqueda de una
tierra nueva y vacía de gentes y caballos salvajes. Doman los
caballos, apechugan alas inditas que alborozadas se dejan la pechuga
descubierta para los nuevos Buenos salvajes. Y salen al estrado los
nuevos argentinos a mostrar sus firuletes al público presente.
Escuchan tarantelas, brindan a la Virgen, todo el continente es una
fiesta que al parecer no terminaría nunca si no es por un desalmado
que proclamar desde allá arriba, por el mar de los Caribes: Patria o
Muerte!

Y si, lo que quedó fué la Muerte, hasta el día en el cual vuelva
a brillar libertades el claro sol de mi país en marcha. Amén, el Cuervo
dixit y en vuelo por las altas nubes despliega la gran Bandera de la
Gran Patria Americana. Cabalgan de Nuevo por todas partes el Caballero
de la Alegre Figura, el Jesús de todas las edades, el Bolívar de
Caracas la lejana.

Todo vuelve a ser la paz, y el Amor reina para siempre sobre los
hombros de todas las mujeres. El Cuervo baja de la Nube, se detiene en
el hombro de Simón el Bolívar de los sueños juveniles de todo el
continente, y desplega una bandera, la unitaria, la única, la bandera de
la Libertad, que ondeando al aire es un arcoiris de múltiples colores
los cuales un día incendiarion la paradera para que renaciera la
Felicidad. Que nos dure, es el deseo de este humilde escribidor, quien
ya divisa en lontananza el horizonte que le espera.

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