Hemos venido todos, amada Patria Nuestra, los que hoy nos vamos,
expulsados por el odio. Hemos bajado a la orilla del Mar por donde
nos debemos ir, con el corazón y las manos ensangrentados por la
sangre derramada de los que murieron por sus ideas y por tí, sin
pedir nada. Nos llevamos tu música para derramarla pot todos los
caminos a donde nos empuje la marea. Algunos no volverán jamás a
verte de nuevo – les tocará morir en tierra extraña, muertos de
nostalgia y doblados por los recuerdos. Otros quizás volverán, pero
ya tan viejos y cansados, que de todas maneras sucumbirán al poco
tiempo. La mayoría morirá afuera, respirando otros aires y hablando
una rara lengua.
La separación de los seres queridos es un dolor que no cesa , es
peor que la muerte porque es morir de a poco y sin poder siquiera
remediarlo.
Un día, a lo mejor, cesará este dolor, y nunca más las familias se
separarán y la paz reinará sobre los hombres de buena voluntad.
Adiós y hasta siempre, Venezuela. Nos veremos mañana.