UNA MISIVA INESPERADA

La joven vacila trémula, la carta entre las manos. Duda en abrirla,
si la abre o no – cuestión de vida o muerte. Puede ser, como de si poder
tratas, aquellas palabras tan esperadas del hombre a quién amaba, y
quién debería contestar si él también la amaba. Pero, en el mejor de
los casos, Dios me salve el lugar de algun ser querido muerto en
lejanas tierras, a quien quiso mucho y seguirá queriendo a pesar del
tiempo y la distancia.

Puede ser, por que no pudiese ser, haber ganado el Premio Primero del
Concurso de Cuentos enviado al Concurso Nacional de Cuentos, al cual
había optado, o al Premio internacional del Cuento de la
Editorial espanola Betaguara. Tiembla su mano y todo su cuerpo ante tal
posibilidad, la cual le abriría inmensas posibilidades – una
carrera literaria de gran envergadura.

Pero no. No estaba de Dios que eso sucediese. Era finalmente una
felicitación por su cumpleaños olvidado, enviada por el amor de su
vida. Lo llamó por teléfono. Salieron juntos. El amor brilló como el
sol ese día: esplendoroso.

ALGO PASO AQUI

Cerraron las ventanas; arrancaron la puerta y la cerraron, condenaron
salidas auxiliares de la antigua mansión, ahora arrodillada. Libros al
paredón, discos al ancianato. El patio quedó en la calle, la calle en
frente de un auto. Terreno ocupado antes, ahora en descampanado. Los
transeúntes impasibles contemplan asombrados como se desmonta una
casa, sin dolerle a nadie lo contrario. El árbol deshojo sus ramas,
señal de duelo y llanto por su compañera de los años pasados. El
porvenir serán ceniza y cardo, arbol y casa entrelazados.

Quienés fueron los culpables? pregunta el paseante distraído.
No se sabe, ni se supo aún ahora. Mañana, cuando todo sea pasto de las
llamas, no quedará ni el recuerdo de la casa ni de sus habitantes.
Las tapias volaron por el aire, llevadas por el viento quién
sabe a alguna parte, o a ninguna. La casa queda, triste, muda y sorda,
llanto recogido. Llora por sus habitantes, de tanta y tanta reunión y
fiesta, nacimiento y boda. Una casa vacía es casa muerta. Una casa
habitada es casa viva.

LAS COSAS QUE QUISIMOS

Son las que más quisimos, las cosas que perdimos; las que no quisimos,
las llevó el viento, no volverán jamas.
Las cosas que quisimos debimos conservarlas, felices quienes lo
hicieron, infelices somos los que no pudimos conservar siquiera un mal
recuerdo y una buena memoria..

Usted, está casado felizmente? Si? Lo felicito. Pocos, en realidad
pocos hombres pueden o podrán decir lo mismo.

He visto muchos hombres cargar aún sus cosas más queridas, en
un bolso de mano, o en una carretilla. Sobre todo, llevan en el carro
la mujer amada – ella siempre los quiso y aún son muy queridos.
Otros perdieron en el camino, una mujer. Nunca pudieron hallar otra,
ni saber la razón, el por qué y el cómo de tal desatino.

UTILIDAD DE LAS CIENCIAS APLICADAS

utilidad de las ciencias aplicadas
(para desaplicación por ambigüedad, haga click aquí)
No hizo nada: no haga nada. Mejor así.
—-Dedicado a mi hermana, profesora de una de las ciencias servibles—

Si es un animal pequeño, tiene cuatro patas y camina, es
zoología. Protéjalos.
Si el mismo animal no camina, está muerto. Deséchelo.
Protéjase contra enfermedades.
Si el objeto es grande, tiene cuatro ruedas, y rueda, es un
automobil. Guárdelo en el garage de su casa. No lo saque, vaya a pie,
puede aparecer el amo y usted camina pa’ la carcel.
Si el mismo perol no prende y no rueda, no llame un mecánico.
Son unos ladrones. Róbese usted mismo, usted es su mejor candidato a ser
robado si usted es el ladrón. En su lugar, compruebe, en orden de
importancia: 1) es su auto. 2) Es la llave correcta con la que debe
abrir la puerta, o encender el motor, o las dos cosas a la vez. 3)
No carga el compresor. Compruebe las correas: si no están
deshilachadas, rotas o sencillamente no existen, cayeron por el camino
por la rotura en progreso. Si no es nada de eso, abandone el auto.
Alguien más imbécil que usted lo robará, creyendo poder ponerlo en
funcionamiento. Menuda sorpesa.
Si es una receta ininteligible, fué escrita por su médico. Es
medicina, y si no las toma morirá sin remedio. Si decide morir, favor
dejar testamento a favor de este servidor. Si usted entiende todas
las palabras escritas por estar claramente descritas, es una
falsificación. Tómelas con toda confianza. Medicina escrita con
claridad es buena, las escritas por médicos tienen efectos
contrarios.
Si usted encuentra una bolsita sellada al vacío llena de unas
pastillitas irregulares, ponga atención, por favor. Pueden constituir
medicinas para la gripe, o comida para gatos, si le sabe a comida para
gatos. Con ese fin, usted debe haber probado suficientes comidas para
gatos para distinguirlas fácilmente, en especial las que saben a
langostinos. Son en realidad langostinos, hay gatas como lade mi
adorada esposa quién sólo come la que sepa a langostino, langosta,
o frutas mixtas del mar. Se ha sabido via radio boca de gentes
viejos indigentes sobreviviendo peleándole a los gatos
su comida gourmet: te relameras del gusto, y envidiaras a tu gata.
Qué se hace!
Bueno, estoy cansado escribiendo, y a fin de no cansarles a ustedes,
citaré de último, una ciencia verdaderamente útil y servible. Hablo
de las Ciencias Militares, elevada a Universidad por Decisión
Ejecutiva, esa sí que sirve para todos, la bendita ciencia militar.
Quita y pone gobiernos, decreta, concreta y excreta cualquier cosa:
compañías comerciales, trenes, dirigen hospitales, institutos
eléctricos, y todas las etcéteras que imaginarse pueda.
No hemos citado todas las ciencias. Faltan muchas, tantas
como actividades tiene el hombre. Sintonicen nuevamente este programa
y se enteraran de la utilidad de las ciencias eróticas, rama de la
medicina sexológica. Lógica,no?

YENDONOS

Nos estamos yendo, compañeros; uno a uno, por la puerta sin golpear,
vamos saliendo en silencio dejando vacíos y recuerdos difíciles de
olvidar. Parecen estar todos apurados en definir la marcha, sin lugar.
A todos nos llegó la hora, al mismo tiempo y sin chistar? Porque no de
a poco en poco, dando tiempo al dolor atenuar y renovar, más tolerable
la angustia y el silencio. Por la ventana, por el techo, debajo de las
camas, se meten los recuerdos y se quedan acurrucados ahí, sin
molestias para nadie sino para quien les duelan. Un viento de
esperanza satura las rendijas, pronto se escapan sin dejar un rastro
que siga las estrellas. Antes las muertes sucedían a intervalos
decentes, largos, responsables de una sanación previa antes del nuevo
dolor, como el caso de padres y madres. Muy larha la distancia entre
la muerte del padre y de la madre. Ahora no: ahora pareciese apurar el
paso la doncella de la muerte, y en poco tiempo, mucho más poco que el
deseable, nos estamos yendo, uno tras otro, sin parar ún solo momento
de descanso. Es como mucho, oí decir a alguien, quien rezaba con
nosotros. Razón tiene la fe judía la cual en caso de varios duelos
seguidos, exige ún solo luto. Los demás deben olvidarse. Es en uno de
esos intervalos, estas líneas son y serán, si no lo fueron, escritas
paraa ser leídas, como si fuera un rezo.