ALGO PASO AQUI

Cerraron las ventanas; arrancaron la puerta y la cerraron, condenaron
salidas auxiliares de la antigua mansión, ahora arrodillada. Libros al
paredón, discos al ancianato. El patio quedó en la calle, la calle en
frente de un auto. Terreno ocupado antes, ahora en descampanado. Los
transeúntes impasibles contemplan asombrados como se desmonta una
casa, sin dolerle a nadie lo contrario. El árbol deshojo sus ramas,
señal de duelo y llanto por su compañera de los años pasados. El
porvenir serán ceniza y cardo, arbol y casa entrelazados.

Quienés fueron los culpables? pregunta el paseante distraído.
No se sabe, ni se supo aún ahora. Mañana, cuando todo sea pasto de las
llamas, no quedará ni el recuerdo de la casa ni de sus habitantes.
Las tapias volaron por el aire, llevadas por el viento quién
sabe a alguna parte, o a ninguna. La casa queda, triste, muda y sorda,
llanto recogido. Llora por sus habitantes, de tanta y tanta reunión y
fiesta, nacimiento y boda. Una casa vacía es casa muerta. Una casa
habitada es casa viva.

LAS COSAS QUE QUISIMOS

Son las que más quisimos, las cosas que perdimos; las que no quisimos,
las llevó el viento, no volverán jamas.
Las cosas que quisimos debimos conservarlas, felices quienes lo
hicieron, infelices somos los que no pudimos conservar siquiera un mal
recuerdo y una buena memoria..

Usted, está casado felizmente? Si? Lo felicito. Pocos, en realidad
pocos hombres pueden o podrán decir lo mismo.

He visto muchos hombres cargar aún sus cosas más queridas, en
un bolso de mano, o en una carretilla. Sobre todo, llevan en el carro
la mujer amada – ella siempre los quiso y aún son muy queridos.
Otros perdieron en el camino, una mujer. Nunca pudieron hallar otra,
ni saber la razón, el por qué y el cómo de tal desatino.

YENDONOS

Nos estamos yendo, compañeros; uno a uno, por la puerta sin golpear,
vamos saliendo en silencio dejando vacíos y recuerdos difíciles de
olvidar. Parecen estar todos apurados en definir la marcha, sin lugar.
A todos nos llegó la hora, al mismo tiempo y sin chistar? Porque no de
a poco en poco, dando tiempo al dolor atenuar y renovar, más tolerable
la angustia y el silencio. Por la ventana, por el techo, debajo de las
camas, se meten los recuerdos y se quedan acurrucados ahí, sin
molestias para nadie sino para quien les duelan. Un viento de
esperanza satura las rendijas, pronto se escapan sin dejar un rastro
que siga las estrellas. Antes las muertes sucedían a intervalos
decentes, largos, responsables de una sanación previa antes del nuevo
dolor, como el caso de padres y madres. Muy larha la distancia entre
la muerte del padre y de la madre. Ahora no: ahora pareciese apurar el
paso la doncella de la muerte, y en poco tiempo, mucho más poco que el
deseable, nos estamos yendo, uno tras otro, sin parar ún solo momento
de descanso. Es como mucho, oí decir a alguien, quien rezaba con
nosotros. Razón tiene la fe judía la cual en caso de varios duelos
seguidos, exige ún solo luto. Los demás deben olvidarse. Es en uno de
esos intervalos, estas líneas son y serán, si no lo fueron, escritas
paraa ser leídas, como si fuera un rezo.

PESAMES

Si uno pudieze desaparecer de pronto, sin que nadie se entere – en un
momento, vivir y al momento siguiente, la nada, el desencuentro, la
ausencia. Ya no se está donde estabas, nadie se da cuenta, la vida
sigue igual que hasta el momento. Saben ustedes cuánto dolor, llanto y
lágrimas, cuanto dinero ahorrado en ceremonias inútiles? Estar vivo ahora
y no al siguiente momento. Por qué recóndita razón, aún notando la
desaparición física de un ser querido como algo doloroso, obviar
manifestaciones extrañas, las cuales sólo dejan paradójicamente, más
dolor? Largas ceremonias, escaramuzas casi siempre, asegurando el
recuerdo? Si de todas maneras será recordado hasta que como siempre el
tiempo vaya sanando esas heridas espirituales. Porque rezar
diariamente por la salvación de un alma, si seguros no estamos de la
existencia del alma ni si hay algo de que salvarse. Salvarnos
debemos, sí, pero de las maldades de este mundo, y para ello no es
necesario morirse. Basta con la voluntad, como para tantas cosas. Sobre
todo, más que todo, nos liberamos de algo verdaderamente satánico:
los pésames de todo el mundo, familiares incluidos, amigos y enemigos,
desconocidos todos aquellos a veces manifestando un dolor que no
sentimos.
Mejor es no morir, compañero. Te lo digo yo, el inmortal, quien
también vino a dar su pésame. Cómo pesan los pesames! Quiténme ese
peso de encima. No dare más pésames. Excepto éste, naturalmente, y
los que vengan después.

TU SOBREVIVIRAS, AMIGO HERMANO

Amén!

Diremos kiddush y comeremos jalah hecha por sus popias manos de la hija
única, pan ázimo del mejor degustado por todos en todas partes del
mundo. Manos de mujer justa fabricando el pan de los ancestros.

Vivirás por siempre en estos versos, ellos quedan, testimonio
gigante de un alma grande y buena.

No lo dudes, por más que el hombre está destinado a ser perecedero, tú
romperás la regla y vivirás por siempre. Vivirás en tu hija, heredera
de tus bienes, de tu sabiduría y de tu esfuerzo. Vivirás eternamente
en tus nietos, a quienes enseñaste religión e historia de tu pueblo.
En cada abuelo ellos vean entrar a la sinagoga, te verán a tí en
ellos. Y ellos sonreirán, porque tus nietos seran también tus nietos.
Vivirás en nosotros, el recuerdo de cuando nos diste sin pedir nada a
cambio. Cada vez que disfrutemos esos miembros, los disfrutarás tú
también. Confiaste la supervivencia de la música de tu padre a mis
manos inútiles, y las pasaré a la nieta para que ella continue la
labor y así indefinidamente de generación en generación. Vivirás en
todo el entorno que te rodeó en vida: supiste ser el pater familias de
todo un grupo reunido muchas veces a tu alrededor. Vivirás de nuevo
para celebrar el Shabbat en tu casa, tradición antigua en forma y
manera de celebrarla. Todas las tardes al atardecer celebraremos
Shabat.