Navidad en Caracas, vientos de fronda que soplan agoreros por encima de las casas, futuro impredecible que amarga el brindis de Año Nuevo, que siempre hacemos a la medianoche de Navidad o el Año Nuevo. Noche de estar lejos hijos y nietos, søolos con el recuerdo de todos ellos, tan lejos que no podemos abrazarlos y besarlos como quisiéramos.
Noche de malos augurios para la patria envilecida, rumores desconocidos de devaluaciones en puerta haciéndonos más pobre y menos ricos. En cambio, los ricos se harán más ricos, sublime paradoja, invento infernal de mentes devaluadas. Poder decir en menor cuantía lo que pensamos y lo que haremos, y sólo poder decirlo a la pared que nos separa de los otros, otros que piensan ellos son todos, los otros una infección que le cayó a la Patria. Deben ser excluídos, separados, execrados, arrasados, asesinados, cualquier cosa menos oír su cantinela de todos los dias: esta es una dictadura y lo demás son cuentos de camino.
Navidad en Caracas 2013, navidad sin esperanza, sin nada por que alzar la copa pues ni copas tenemos, están muy caras. Como ya sabemos.
Navidad en Caracas: noche de perros que le aúllan a la luna por falta de sus huesos, y aúllan y aúllan hasta dejarnos sordos y mudos, casi sin aliento. Navidad en Caracas: noche oscura de calles peligrosas, no podremos ir a saludar a los amigos ni los que viven cerca ni los que viven lejos. Navidad en Caracas: noche sin fuegos artificiales que iluminaban Caracas en las navidades. Apenas un disparo de armas de guerra ilumina la noche sembrando el terror y el miedo.
Navidad en Caracas: noche de guerra entre bandas rivales que se disputan el control de las drogas ilegales y la fortuna que dejan, dejan bastante, suficiente para mantenerlos a ellos, a sus hijos y a dos o tres generaciones que le siguen en el mismo oficio, creciendo sus fortunas en forma geométrica, hasta el mismísimo cielo
Navidad en Caracas: noche exangüe por la cantidad de sangre que corre por sus calles, derramada por sus hijos mas jóvenes, y debida a las mismas autoridades que debían cuidar no se derramara sangre.
Navidad en Caracas: noche sin hallacas; no habrá hallacas en Caracas, porque no hay pernil, no hay gallina, no hay harina, no hay hojas buenas para envolver hallacas, no hay hilo con qué amarrarla.
Navidad en Caracas: Noche de una sola dama para todo el trabajo de hacer las hallacas : amasar la masa, preparar el guiso, preparar las hojas de un plátano sembrado en el corral de la casa, amarrarlas bien con hilo fuerte y nudos que no se deshagan. La vecina no quiere como es la costumbre venir a ayudarla, tiene miedo de salir a la casa de al lado por miedo le den un tiro en la boca por meterse en donde no le importa – ayudar a la vecina a hacer las hallacas.
Navidad en Caracas de patinaje por el Parque – cuando había Parque, habían patines de ruidosas ruedas; ahora los patines son de filo cortante, para patinar en pistas exclusivas, donde un grupito de ricos pagan fortunas por el derecho de patinar, exclusivo. Navidad en Caracas: noche de arepitas dulces, servidas a los clientes con tazas de
café humeante en el frío de la madrugada. Ahora buscar con linterna una mujer que recuerde la receta de la arepa, contratarla en exclusiva para que las haga por encargo, precio de oro el café que parece grano de oro y para comerse la arepita buscar con la misma linterna donde se encuentran las benditas.
Navidad en Caracas: Noche triste, como Hernán Cortés en el Mexico azteca, no retorno parecido al nuestro actual, no hay vuelta de hoja – tendremos que seguir con ese escaparate en los hombros hasta desaparecer este gobierno. Antes, noches alegres de parrandas navideñas, que tocaban la puerta para que les dieran un buen trago y ofrecer
una buena hallaca. Esta noche, alguién tocó una puerta, le dieron un tiro en la frente después cerraron la puerta, dejando que muriera solo, sin asistencia, en la vereda.
Navidad en Caracas 2013, noche de espanto, de pavor sin fin, desencanto de vivir una Navidad así. Era noche de encuentro con amigos, familiares, hasta desconocidos a quienes se le deseaban buenas a quienes también se les deseaban Boas Festas!
Navidad en Caracas: mesas vacías , sillas recogidas, cubiertos que sobran, gente que atiende, medio aburridas, no hay mucho que atender. No vino toda la gente que era de esperarse en estas fechas. Sillas que preguntan: donde están los que debían sentarse a la mesa, apoyadas en nosotros quienes siempre hemos soportado debilidades y grandezas? Pueden estar todavía en un centro de comercio comprando últimos regalos que quedan en las tiendas. Quizas, pero no probable. Más probable sean designios fatales los que rigen la tardanza y la sorpresa. Un aire frío entra por la puerta, es un signo ominoso: la muerte acecha. Para ella no hay Navidad ni nuevo Año; para ella
todo el año es Navidad, para la muerte no hay fecha cierta; todo el año es Navidad para la muerte que nos acecha. Demasiada muerte en una misma familia:se fue Miguel, León, se oye una voz: No se te olvide Elsa. No se me olvida. No la he mencionado todavia.
Navidad en Caracas: noche de alegria, de disco de la Billo navideño, de vivir la vida. Pero cómo? No acabas de decirme que era una noche triste? No, eso era una pesadilla, la realidad es ésta, o una sensación de realidad, en realidad. Y se fué cantando villancicos por lo bajito a las orilla del río que queda muy cerca.