Los Niños, Nacen Sordos?

Se ha llegado a creer, por todo el mundo: los niños nacen sordos; es después de haber nacido el recuperar el sentido del oído. Sólo así se explica la ignorancia de los niños de las órdenes dadas en beneficio de su salud y de su integridad física. Se les dice: Cuidado con la llama de una vela! Los niños oyen, ponen el dedo en la vela, se queman, gritan. Dejan sordos, ellos, a los adultos en función de darles especial cuidado. Son niños pequeños. Cuidado! Cuidado! El piso está mojado, clama la madre; no acaba de decirlo, el niño resbala, cae, se fractura, va a emergencia, padres pagan pequeñas fortunas por el cuidado descuidado. No salgas a la calle corriendo, sin mirar para los lados! le grita con desesperación inaudita la mujer que presta sus servicios mientras se van al trabajo. El niño no la oye, lo atropella el auto que pasa por la calle sin darse cuenta: un niño sale corriendo por la puerta sin que nadie lo detenga, ni sujetándolos por los brazos ni amarrándolo a la pata de un caballo por los brazos. El padre diligente, opina: Necesita un aparato para oír igual a los americanos, son muy útiles pero son muy caros. El niño parece llevar un pegoste en la oreja, se ríen sus compañeros. Ahora el niño ya no es sordo. Oye bien las órdenes que le dan. Es un chico modelo. Le van a dar un premio en la escuela donde van los niños sordos y se comunican bien por señas. Alabado sea!

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