EL DIABLO LOS CRIA Y ELLOS SOLITOS SE JUNTAN

Para sus claros planes de predominio criminal. Ahí los tenemos, a la
vista de todos, mientras cientos de países miran hacia otro lado. Se
llaman – por cuanto hay que identificarlos por sus nombres – a Nicolás
Maduro Moros, de la Venezuela en ruinas, a Raúl Castro con otro país
en ruinas, al cual está decidido a enriquecer al país y aumentar la
suya propia fortuna. Donald Trump, empresario tracalero, proxeneta de
reinas de bbelleza, elegido extrañamente en elecciones trucadas
amanadas por técnicos rusos enviados por Putin, autoelegido a su vez
como Presidente de la Unión Soviética, Dictador stalinista, último
Zar de todas las Rusias. Más allaíta, el último o los últimos
dictadores chinos, nuevos capitalistas aliados en la conspiración
mundial por el poder absoluto de todo el mundo.

Linda camada. El Jefe Supremo, tal vez Cruz diablo, debe estar
sin duda, muy orgulloso. Desde la trinchera opuesta, un tal Dios
Cruz, lanza una maldición: Sean malditos los tiranos de todos los
tipos, de toda la historia, de todo el Universo!

CASAS VACIAS

Las casas grandes parecen más vacías de lo que en realidad son.
Parecen ilusiones ópticas, corredores que se alargan y se pierden en
las sombras. Casas grandes que nadie visita, sólo soledades, aleros de
sombras, sillas vacías, camas sin deshacer, gatos bajo las camas sin
salir nunca, casas grandes sin perros que las cuiden. Casas con
paredes sin sentir el calor humano, que sólo desprenden frías
actitudes, vibras negativas, espíritus burlones. Casas de sombras
disueltas en más sombras, donde jamás llega ni un discreto rayo de
sol, donde nunca entra la luna, la luna voltea su cara y deja ver su
lado oculto tan negro como la negra noche y la negra fortuna.

Casas enormes donde parece no vivir nadie, porque no se
ven ni se prescienten. No se oyen voces ni murmullos, sólo una gota
escasamente en el tinajero cerca de la sala comedor, Ya hasta las
almas de los muertos huyen de las casas vacías. Casas vacías
convertidas en casas muertas, paredes destruídas, techumbres caídas,
hiedras y enredaderas trepan por las paredes, lagartijas somnolientas
en busca de un sol que se les niega.

Y al final, ay dolor, al final cuando nadie viva en ellas, secarán
sus raíces los árboles de la entrada, y poco a poco volverá el polvo al
polvo originario, y sólo polvo cubrirá la tierra donde una vez
estuvo, altiva, la casa de las Tapias de mis abuelos por allá por la
llanura infinita de todos los cielos.

HAY UN RUMOR POR LA CALLE

Que congela corazones, enerva los nervios y baja los calzones: que
existe una enorme componenda traidora para quedarse todos en el mismo
sitio donde están ahora: el gobierno mandando y la oposición haciendo
que se opone. Doble traición: Maduro traicionando a Chávez, el
mantuano Leopoldo López Mendoza, descendiente indirecto de Simón
Bolívar, líder de un partido fundado por él mismo y a quien esa
misma plebe lo ha apoyado más que a Enrique Capriles, otro
subyugante seductor de artistas y multitudes, quién también deberá
algún día responder por una trayectoria tan errática como errante
vagabundo del mundo de la política y la farándula, Todo un personaje de
la picaresca venezolana. Cómo explicar que sigan cobrando los miembros
de la Asamblea Nacional?

Pero algo más corre bajo los puentes sobre el Guaire. Y es el
rumor cierto de haberse unido un conjunto abigarrado por imposible,
de fuerzas económicas, sociales, políticas y religiosas para oponerse
al Mandón y mandarlo al mismísimo. Todos bajo un liderazgo en la
sombra, una sombra salida de las sombras del Gobierno, un tal Pérez,
quien en un gesto valiente, el más grandioso de la historia del país,
atravesó los cielos de Caracas, piloto solitario de un helicóptero
de combate propiedad justamente del Gobierno Nacional. Mostró una
pancarta y vieron los testigos, lanzó algo como un objeto que no se
oyó explotar. Nadie supo qué era. Nadie supo de donde salió, cómo
hizo para evadir las baterías antiaéreas, las cuales calladamente
habían instalado en cuarteles y comandancias generales en previsión
de un ataque proveniente del Imperio. Nadie hubiese sabido a dónde fué
a parar el aparato después del simulacro, si el labrador dueño de la
parcela donde llegó sorpresivamente el aparato no hubiese informado el
hecho a las autoridades competentes, quienes llegaron raudos y veloces
a apresar al culpable. La sorpresa fué grande: lo que hallaron, el
helicóptero, y el campesino. Del piloto, ni rastro.

Los rumores arreciaron. El piloto formaba parte de la Brigada
de Acciones Especiales, quizás el mero mero de la partida. Conocía
todo el mecanismo de contraespionaje necesario para llevar a cabo con
éxito una acción al parecer un tremendo disparate, pero con esa acción,
torpedeó de manera definitiva la creencia de invulnerabilidad del
régimen, marcando el punto de quiebre de la llamada Revolución
Chavista.

Desde ese memorable día, el hombre aparece y desaparece por
cualquier lugar de la ciudad. La más notable aparición: la de la Plaza
Altamira, el ya bastión más emblemático de la resistencia pacífica.

Y las mil cabezas de la Hidra Rebolucionaria están pensando si
ese hombre es el conductor que todos esperaban.

Quizás sí, quizás no. Esperemos.

Y en eso estamos, esperando. Llevamos 18 años en eso, Tal vez ahora
es cuando.

MENSAJE A UN PANA BURDA HERIDO DE METRA POR UNA METRA SUPUESTAMENTE PERDIDA

Sinceramente le digo, querido amigo mío, aunque de cara no lo
reconozco por la invidencia actual no lo permita, pero sí su
apellido trae a mi memoria tiempos de una juventud ya perdida en
Santa Teresa del Tuy donde recuerdo vivió alguien con su mismísimo
apellido, motivo por el cual usted debe ser su descendiente. Por ese
motivo y el de ser solidario con la lucha que hoy motiva su diario
quehacer con triunfos obigantes y necesarias derrotas, que piense
bien en estas horas de necesario descanso, mientras ve con sus ojos
claros de italiana herencia en la lucha que ya lleva años sin
resultado, avanzando solo milímetros, sin resultados, sólo muertos
indefensos, jóvenes con apenas 20 años, vidas truncadas por un
destino avieso e inmerecido. Piénselo, y lo agradeceré mucho, tanto
como aquellos que como yo están fuera de juego por la edad y el miedo
de caer heridos junto con los jóvenes en cualquier momento. Y si
conveniente le parece a Usted, llámenlos y dígales que es hora del
repliegue y el recuento, del saldo y evaluar el resto, Que los
muertos obligan con su gesto hasta empeñarse a fondo en la batalla
hasta el total éxito, que no hay sustitutos para la victoria.
Dígales que no creamos más en embarazos de pajaritos, ni que la
luna es pan de horno. Hora de no creer en lágrimas de cocodrilo, ni
en cantos de sirena, ni en palabras de los borrachos de poder para
que admitamos una paz vergonzosa, ni en mediadores de santurrones
quienes nada tienen que ver con el conflicto, son pescadores en río
revuelto viendo en qué pueden beneficiarse, que provecho sacarán y
en el momento que puedan retirarse de la mesa donde apostaron alto y
retirar las ganancias sin ningún sobresalto. Pecadores de sus
propios pecados, y de nuevo pecar por cuanto el negocio es bueno.

Dígales basta de gastar pólvora en zamuros, que la conserven seca
y cuando la necesiten, la utilicen con pulso firme el ojo en la mira
y el disparo en el centro de la diana.

Estos zopilotes, neosalvadores de la Patria, nos han puesto
riéndose de todo el mundo, en un falso dilema: te vamos a matar si
no nos sigues, o tendrás que matarnos a nosotros, Falso dilema cual
ninguno, pues no es necesario que nadie muera, al pensar que somos
todos conciudadanos, tenemos la misma Patria como Madre y nuestros
hijos van a las mismas escuelas.

Otro falso dilema: nos han puesto por su deshonroso proceder,
frente a la muerte si avanzamos, y a un mismo tiempo nos cierran la
retirada. Nos dicen: No hay salida! Cuando hay cientos de salidas a
los ojos de una negociación bien entendida, cuando las buenas
intenciones dominen las conciencias y la Paz anime a los espiritus
descarriados.

Me despido, amigo Carlos, con los mejores deseos de una pronta
recuperación y su vuelta a la lucha y feliz arribo a la Victoria, la
Paz renovada y al Nuevo Día que amanecerá, posiblemente, mañana.

NO PREGUNTEN QUIEN MATA

NO PREGUNTEN QUIEN MATA ni por
qué mata, ni a quién mata, porque están matando por nada y puede ser
que te maten a tí también. Pregunta en vez de eso, por qué no hay
nadie quien pare la matanza, ni aquí dentro, ni allá afuera, ni
arriba, ni abajo. Y no debes preguntar sencilla y llanamente
hablando, porque te habrás de enterar: quien sí puede parar la
Gran Matanza, está mirando para otro lado, donde sí hay otras
matanzas que interesa más detener en nombre de la Libertad. Te
enterarás así mismo y también, de un pasón y fumarte una lumpia,
que eso te pasa por confiar en quien no debes, pues debes confiar en
tí mismo primero y después en los demás. En fin y al fin, qué más
da, toma la antorcha y marcha hacia adelante, sin vacilaciones,
porque vacilar es perderte. Adelante, siempre adelante, nunca hacia
atrás, porque además que para atrás espantan las sombras de las
marchas anteriores, te vienen acechando los traidores de siempre.
Sépanlo de una vez, estimados jóvenes universitarios que hoy se
inmolan ante el altar de una Patria envilecida, envejecida, arruinada,
que sólo espera por tí, allá, en el horizonte del Nuevo Día que
amanecerá mañana.