SANGRA MI CORAZON

Oyelas a menudo, y cuando lo hagas, recuerda a tu padre y a mí,
somos y fuimos socios en la empresa de mantener la tradicion judía.
Firmo ahora, el amigo y hermano de tu padre, tío tuto y hermano de tu
sagrada madre.

Sangra mi corazón porque se va el amigo y hermano con quien las
madrugadas nos encontró tomando y escuchando, casi cantando, las
canciones la flor de ambos. De un hermano, mi hermana ya se ha ido;
con ambos compartí ilusiones, historias y esperanzas. Podría decir, y
lo digo, en alta, muy alta voz, amobló mi estudio con escritorio de
vieja madera, costoso como el que más. Aún en uso; lámparas del tipo
llamado María Luisa, colgando están en la sala de mi casa. Un cuadro
colgando en la pared de la sala, fué regalo suyo, sin pensar en el
costo. No sé lo que costó, ni su valor actual, pero debe ser algo
valioso sin duda. No se ven anunciados en subastas. Compartí parte de
la educación, única hija, quien hoy vela por las últimas horas de su
padre. Compartí angustias suyas por enfermedad de su padre el
inmigrante, cuando en circunstancias parecidas él también moría de
cancer del cerebro. Premonición quizás; su hijo, tambien él, está
muriendo ahora de cáncer – pero del pulmón, por fumador habitual como
fuimos todos los miembros varones, o casi todos, de esta familia
venturosa. Confió a mi cuidado la memoria musical de su padre. No hay
ni existe cosa más importante que la memoria musical de un pueblo,
pues ella trasciende las edades y los tiempos prodigiosos de una raza
seleccionada para dar ejemplos. Hoy, me toca a mí devolver esa memoria
a su hija, quien a su vez se encargará de perpetuarla en modernos sistemas
de música grabada. Cuida la cinta, querida sobrina, y envíame una
copia para yo también contribuir a mi vez con su permanencia en el
tiempo y espacio. Es un homenaje a tu padre, merecido en pocas
palabras pero muy prolíficas y clamorosas. Clamor de fé en nuestro
pueblo. Existen otras colecciones de musica sefardí, a lo mejor
menos importantes o más extensas. Esas también te las haré llegar
en un futuro próximo.

ALGO MAGICO EN EL AIRE

Estremece mis sentidos algo mágico en al aire. No puedo adivinar de
qué se trara, ni significado ni desaire. Es algo indefinido,
indefinible, moviendo las ondas sonoras y las nubes, sube y sube por
el cielo de infinitas soledades. Es ella, la que pasa por mi vida,
moviendo el corazón y los pensamientos al donaire de una estrella
musical de acordes inigualables. Ella, la eterna compañera, la mujer,
la eterna, la innombrable.

Algo así, como lo que siento ahora, debe ser en realidad, algo
mágico, de mágica dulzura y desacierto. Un halo de infinita fantasía,
un rodeo de angélicas criaturas, un coro inmerso en la magia blanca de
tus pestañas oscuras. Un devaneo de espíritus solaces, un sol de
frente al mar con esculturas grecolatinas, Venus Afrodita saliendo del
mar de las pasiones.

Algo infinitamente azul como el azul de tus pupilas mi dulce amor, mi
amor de toda una vida, la cual amor y vida aún no terminan.

RAZON DE SOLEDAD

A las puertas de su casa, solitaria, en la noche más oscura de
soledad, angustiado, un hombre viejo, toda vejez hasta el alma, se
pregunta o le pregunta a la Nada: Por qué estoy tan solo? Esta soledad
me acobarda, siempre estuve rodeado de esposa, hijos y demás
palafreneros. Puede alguien contestarme? Sólo contestó La Nada. Una
voz pregunta: Cuáles son tus quejas? Pues, diré, pregunto las razones
de mi soledad extrema. Sabes bien tus hijos están fuera del país.
Algo más? Sí, lo más importante de todo. Hace poco en un solo momento
o casi en uno solo, en realidad con intervalo de pocos días, se me
arrebató quién sabe por cuáles designios de un Destino incierto. Se me
arrebató el sentido de la vista y del oído, y por si fuese poco,
perdí en un solo mantazo, a mi esposa de toda la vida. Bien, ahi sí
puedo confesarte: he sido yo el culpable. Dí entonces el por qué de tal
cosa, la razón de mi soledad. Lo connsideré necesario. Repito la pregunta:
quién eres para considerar necesarias algunas cosas, y otras no?
Soy el gran decisor, el inexorable, el omnipotente. Es decir, Dios.
No, que ocurrencia! Soy hombre igual que tú. Te diré algo, a cambio
de nada. Como recompensa por todas esas pérdidas sufridas y alegadas
por tí, se te ha concedido el don máximo de los dioses: el don de la
poesía. Por eso escribes, por la poesía serás recordado.

Mis avisados lectores habran descubierto a estas alturas del texto,
la calidad de la historia aquí contada. No son más que vagas
vaguedades productos quizás de la imaginación poética, la cual no se
por qué adorna mi estimada y propia persona. Es cierto, la pérdida de
visión y audición, pero ambas cosas son propias de la edad, no
castigos divinos. Es veraz la ausencia física de los hijos y nietos,
pero sólo física – en verdad estan presentes en todos los actos de tu
vida. Veramente, tu querida esposa está contigo, te sigue amando como
siempre pero ya como aman los viejos con el alma, no con el cuerpo
mortal de todas las heridas. Así pues sigue escribiendo, como hasta
ahora lo has hecho: entrarás de la mano poética en la historia de los
encumbrados. Desde esa cumbre poética contemplarán los tiempos.

Una puerta cerróse al pasar el viento. Alguien se había marchado. O
muerto, quizas? Nunca habrá de saber Nadie, sólo Nadie, el pasado y el
regreso.

La Peste

Tenías una casa, producto de tu esfuerzo; creías  tener refugio seguro,
seguridad suprema, Pero no era así, llegaron en silencio los sin
rostro, te sacaron de tu casa, cerraronte la puerta sin posibilidad
de ser reabierta. Sin forma de volver atrás y adentro de tu casa,
caminaste un poco en busca de otra casa y la hallaste, pero esta
vez,los sin rostro no te dejaron entrar y te lanzaron a la calle. El
Camino abierto era la ruta del desplante, del refugio en tierra
extraña, extranjero en donde no te quieren, obligado a hablar un
idioma que no entiendes, respirar un aire frío que te hiela el alma
enferma.

Estás hablando del exilio, querido amigo. Sí, siempre se tratará de
eso, siempre será la propia imagen del fracaso.  El exilio es el
castigo máximo, desde los tiempos  de la Roma Imperial. Ellos, los
romanos, enviaban al exilio, fuera de Roma, a quienes declaraban
enemigos del Senado y Pueblo Romanos.

Qué debo hacer entonces, preguntas muy airado. Pues huir! Huye de
esta peste que nos está aniquilando, a nosotros y a a esta patria
triste. Pero huye hacia adentro, dentro de tí mismo, o dentro del
país interior que todos los países tienen en los durmientes de sus
trenes y en el borde de sus caminos. Piérdete por  la inmensidad,
llanos del Guárico y Apirire, sigue por los de Casanare. Es el mismo
llano, la misma gente, dividida por una raya imaginaria invento de
loco geógrafo vendido al servicio de intereses extranjeros.  Sube
por los cerros  de los Andes amigos de todos los viajeros, transita
el camino de la aldea Los Venados a lomo de bestia baqueana de todos
los caminos montañosos de mi tierra, cálate un poncho andino y
siéntate a la puerta de una choza a contemplar el ventisquero. Sube
por los caminos del sur de Mérida, la ciudad de los caballeros,
Borota, por ejemplo, pueblo adonde nadie va, excepto los aventureros
y respire el aire libre puro de la Montaña, no el aire podrido de la
ciudad de hierro. Vete a la selva de Guayana, escala el más alto de los
Tepuyes, el Auyán y mira hacia abajo, contempla la neblina que deja el
salto sin llegar a la tierra, contempla asombrado los milenios que
llevan esas planicies altas  de existencia.

Y cuando ya no quede nada, ni tierra, ni aire, ni peste, ni nada,
absolutamente, nada, que te quede la libertad. La libertad es lo único
que nos queda a los hombres cuando todo lo han perdido, todo nos los
han quitado.  Moriremos libres,  no podrán evitarlo todas las pestes
que han asolado este mundo desde el comienzo de los tiempos.

Miguel de Cervantes

Te han descubierto, mi querido Don Miguel, ya no puedes esconderlo.
Desciendes por las dos ramas ancestrales de judíos conversos. Se sabía
de antes, pero ahora se han hallado documentos en archivos antiguos de
Sevilla y otros cercanos, los cuales, si a ver vamos, confirman
la sospecha : descendías de marranos.  Pruebas al canto. Fuiste cobrador
de impuestos reales, autorizaste a una mujer llamada Magdalena
Henriquez a cobrar tu sueldo. Como fué eso, Don Miguel? Qué relación
tenías con esa mujer y con ese apellido?  Una cosita mas para agregar
a ese caldo sevillano: eras proveedor de insumos de un llamado
Cristobal de Barros, apellido también con un olor a judío que no deja
de sentirse a la distancia.

Puede que nada de esto sea verdad, Puede ser verdad sólo en algunas
partes. Lo que importa es la fábula, tan del gusto de los hombres de
letras. Ser judío no es ninguna vergüenza. No es así, Don Miguel?
El hombre calló, durante 4 siglos, hast hoy, cuando habla por medio de
su firma hallada en buena hora, en documentos originales, sin dudas,
sin inquinas.

Adelante, Don Miguel de Cervantes. Bienvenido a tu gente.