El Papagayo

En el sitio donde fué construido
el Centro Comercial Ciudad
Tamanaco, existía antes de ser
construido un campo despoblado

del mismo tamaño del Centro
mencionado donde los padres
llevaban a sus hijos a volar y ver
volar los papagayos en días

de verano, muy soleados. Las
condiciones del campo eran
propicias por tamaño y viento
soleado a ver el espectáculo

de ver volar papagayos. Y era
un espectáculo ver volar los
papagayos, y la cara de los hijos
cuando los volaban o veían

volar los mencionados. Hoy
sólo queda el recuerdo de un
acontecimiento tan sonado,
pero también viene a la memoria

otro recuerdo posterior y parecido:
el hijo mayor a quien llevaba el
padre a ver los papagayos, llevaba
ahora a sus sobrinos a lo mismo en

el parque situado en Providence
a las orillas del río. Pero estos
no eran papagayos parecidos
eran unas cosas raras, diseñadas

como era de esperarse por los
habitantes del patio: norteamericanos.
Parecían papagayos, volaban

iguales – pero no eran verdaderos
papagayos Sin embargo eran
papagayos!. No sé si uno puede
explicar tan grande ditirambo

Ahora le tocaba a los padres
en función de abuelos, y a los
hijos en función de padres o
en su lugar, los tíos. Era lo

mismo, se repetía el espectáculo
y eran maravillosos como los
primeros vistos. Aún guarda
el viejo uno de esos cilindros

que llamaban papagayos en
algún estante, si acaso no lo
cambiaron de lugar los poltergeist
fantasmas juguetones que les

encantaba cambiar de sitio todas
las cosas para hacer rabiar a los viejos
que guardan recuerdos de sus nietos.
Hoy día, cuando el viejo asiste

al Centro Comercial para alguna
diligencia, siente la presencia
de un niño que pasa corriendo tras
un papagayo. Es su hijo, y el viejo

se sonríe, solo, mientras los
viandantes piensan: De que picardía
se acordara ese viejo? Y no saben
que no es picardía, es algo de lo más

alegre y agradable como el tomarse
una cerveza fría en un día de verano
como aquellos días en que iban padre
e hijos a ver volar los papagayos.

Tiempo de Internet

Se habrán dado cuenta estimados usuarios
de la red, fanáticos de las nuevas tecnologías
que todo lo que piensan, lo que hacen, lo que
dicen, están disponibles como en una
vitrina, para que el mundo entero los vea?

Es como si los trapos sucios que debieran
lavarse en casa, se lavan a la vista de todo
el mundo. Es la violación más clara, orga-
nizada de la intimidad humana. Tu corres-

pondencia es violada, tus cuentas en los
bancos si te descuidas, son de todos conocidas:
acreedores, deudores, asomados, curiosos –
todos forman parte del combo organizado.

Volvamos a las costumbres antiguas de mis
años mozos: cartas escritos en papel, enviadas
por Correos de Venezuela (después Ipostel)
estados de cuenta bancarios impresos para

poderlos leer; datos personales en forma de
un documento extraño llamado datos de
filiación, más difíciles de cacar u conocer
que se necesitaba Dios y su ayuda para obtener

y a veces ni uno mismo los lograba saber.
De música no hablemos: no hay discos LP
sólo datos intangibles llamados MP3
o llamados con extrañas siglas, por ejemplo OC

Consecuencia ineludible los viejos discos
de vinilo, no fabricados ya, pasaron a ser
tesoros de colección de sus felices dueños
por el valor que tienen de acuerdo con el uso

que les hubiesen dado. Pero no termina ahí
la cosa: pretendiendo los dueños del circo
cobrar por algo que no les cuesta nada y
además algo que se volatilizará a su debido

tiempo y pagará usted de nuevo por el mismo
disco una y otra vez – usted y sus herederos.
Casta de ladrones esos necios dueños del Internet
sin que nadie los autorice para eso. Volvamos

como en el otro caso a los viejos tocadiscos
de longplays con todos sus defectos, problemas
de variedad de agujas, peso del brazo,
etcetera, etcetera. Con todo y eso; guarde

sus viejos y mande los CD por correo
expreso, y los equipos relacionados con eso
al carrizo viejo!

La Teoría del Caos

Dime tú, poeta ilustre, sincera y francamente
lo que planifican estos diablos tenga un plan
preconcebido de antemano? No lo creas
hermano, esta gente no dá puntada sin hilo

y tienen todo el ovillo en la mano. Diciéndolo
de otra manera, todo es calculado, todo
movimiento, tiene su fin determinado
y para decirte cual, basta decir El Caos!

Esa teoría no probada, ellos tratan de
probarla; en ese desgarriate general
sólo debe surgir algo nuevo, que ellos
llaman hombre, el hombre nuevo de la

farsa del Che y de los hermanos
Ya ves – tienen su fin planificado
no son tan gafos para parecerlo sino
lo contrario. Saludemos pues a ese

hombre que viene caminando como
despistado – es el hombre nuevo que
anunciaron los profetas hace mas de

mil años!

Aquiles

Ha muerto Aquiles Nazoa; fué hace tiempo
pero es ahora que me entero; me llamó la
tortuguita que todos los dias él saludaba
con esmero, extrañada por no haberlo visto
hace tiempo. Salí en busca de noticias

suyas, no las hallé ni en periódicos
ni en noticieros; solo encontré sus viejos
libros en los anaqueles de mi biblioteca
entre ellos el primero, editado mediante

anuncios comerciales. Imagínense
el bochorno de la voltereta para
poder publicar algo. Lo llamó
“El transeúnte sonreído,” título

que lo describió en una sola
pieza. Busqué el testimonio
fiel de su existencia y solo hallé

ún sólo disco, grabado quién
sabe cómo, con pocos de sus
poemas. Sólo queda prueba
de su existencia, en la memoria

de quienes lo recuerdan, poca
gente, pero de la más grande
importancia en las artes y las
letras. El, que sólo vive

en la memoria, fué a su vez
memoria viva de todo lo que
hay en Venezuela: sus hábitos,
sus maneras, su cultura en

evidencia. Murió trágicamente
una tarde de abril en primavera
sin decirnos adiós, siquiera
pero estamos seguros que así lo

hubiera querido. Cuando uno
revisa los hechos de su vida,
se da cuenta de lo extenso, también
polifacético que fué su
quehacer politico, periodístico,
cinematográfico, teatral y
sobre todo, por encima de todo
poético. Mostró el camino

que siguieron los otros poetas
de su tipo, de su época y ahora
no hay nadie sino pobres
imitaciones, con perdón de los

presentes y sus familiares.
Yo no lo conocí personalmente
sino por el espejo de su ser

venezolano que era su hermano
más feo que él, pero igual de
humano, igual de temperamento
y como él, gran mamador de gallo.

Recuerdo la ocasión que yo buen
aficionado al humorismo envié
un artículo a su hermano a ver
si le gustaba y publicaba

en el semanario humorístico de
turno: no recuerdo el nombre
que le correspondía esa semana:
“El tocador de señoras”, “La pava

macha” o “La zapara panda”.
Como respuesta recibí de Aquiles
un billete de veinte bolívares,
pago de trabajo primigenio

como humorista de fama.
Conservé el billete mucho
tiempo. Quizás sería el primer
aviso de mi carrera de humorista

lástima que mis estudios de
medicina, absorbentes como eran,
truncaron esa carrera. Si no, hoy
estaría al lado de los Nazoa como
principales del humor venezolano.

Salve, Aquiles! Los que aquí vivimos
mucho te recordamos y vivirás entre
nosotros por siempre y para siempre
como si fuéramos y somos tus hermanos.

La Baba

Palo con esa baba(*) y la baba ahí
Nada lograba hacer que se moviera
la condenada parecia enclaustrada,
en convento de singular bienhechuría.

Hubiera yo querido sacarla de sus casillas
pero era misión imposible – como la famosa
serie de television de los cincuenta; no tenía
ningún objeto hacer lo que yo quería

en realidad no importaba si se iba;
el hecho era sacarla por descomponerl
la vida; mire que el no hacer nada es
muy mala compañía. Al final como es

fácil de entender a cualquier gente
resolví dejarla ahí donde ella estaba;
al final, a nadie molestaba y seguí
mi camino sin decirle a ella nada.

Visto de otra manera, ella me ganaba
la partida que nadie comenzara; yo me fuí
por la orilla del río de la baba hasta
el meandro del río de la baba, donde

una mata de mango soltaba al viento
sus jugosos frutos para todo el que
pudiera agarrarlos y disfrutarlos
esos frutos símbolo del ser venezolano.

Toma, llévate unos mangos y los comes
esta tarde como sabrosa la merienda;
son cortesía de la baba que allá abajo
en las orillas del río, duerme su siesta
sin molestar a nadie, la perversa.
símbolo del no hacer nada que lo urgente.

(*) Pequeño caimán de los ríos del llano venezolano.