El éxodo, la diáspora, la fuga, la huída indiscriminada por
cualquier camino que los lleve lejos, preferiblemente a donde están
los suyos, aunque en precaria y frágil paz. Si no es posible, a
cualquier parte, región o vecindario. Pero, Dios del alto cielo,
el odio va con ellos, donde quiera que vayan, donde se encuentren.
Renovadas figuras fantasmales, recogen incógnitas pertenencias,
agrupan la familia a su alrededor, juntos todos, a admitir la
experiencia del fracaso. Dejan la casa construída, la tierra que
los vió nacer y la primera que vieron los ojos de sus hijos, para
tomar el rumbo incierto del camino desandado. Por cualquier vía,
terrestre, aérea, marítima, se escapan los fugitivos. Afortunadamente
para ellos, existe una tierra de promisión, la cual llamó a los
desheredados de la tierra a unirse a ellos, y construyeron la nación
mas poderosa del mundo. No poca proeza, esa.
Esa tierra de promisión es América, la del Norte. La del Sur es
continuación del sufrimiento inmerecido . Allí, más en Nueva York,
ellos los excluídos se hundieron en el panorama urbano, humano y
citadino. Sus expresiones pasaron a ser parte de la vida de todos.
Apenas asomos de discriminación podían sentirse, aún hoy pero no hay
seguridad de ello. Vengan a cubrirse con el manto de la misericordia,
y se abrirá un nuevo camino, esta vez, otro camino.
El de la felicidad plena.
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Carta Abierta
Creo mi deber como ciudadano del mundo, escribirte los pensamientos
que me inspiran, hombre viejo como yo y al final de su vida, los
acontecimientos actuales, motivo de preocupación en familiares, amigos,
relacionados, y demás personas del entorno de todos. Todo esto se
refiere por supuesto al Medio Oriente, región donde la muerte se ha
enseñoreado de la vida rutinaria de poblaciones presas en su
propio laberinto. Muertos jóvenes y niños todos los días, anuncian los
periódicos, atestiguan las acciones, lloran las familias. Quién les
ha dicho a esos capitanes de la sangre que la muerte engendra vida?
La muerte sólo engendra más muerte, y si hoy son tres los muertos
sumados todos, mañana serán 100 y pasado 3000. Por ese camino de las
sombras todas esas tierras revertirán al desierto de la antiguedad por
la propia voluntad de sus habitantes. Pero lo más tragico de todo este
descalabro moral son los jóvenes, niños y adolescentes, los que
están siendo muertos, asesinados o enviados a la muerte. Cuando todos
los jóvenes hayan muerto, y no lo duden, se morirán todos, sólo
quedarán los viejos, quienes se extinguirán en pocos años y todo esa
tierra volverá a ser el erial de los tiempos bíblicos. Es eso lo que
se quiere? Ver desaparecer en una hoguera muy alta, hasta elcielo de
de Yahveh y Allah, la ciudad Jerusalem, los restos del Templo, las
mezquitas, los museos, el Barrio Judío, las murallas, las puertas de
Jerusalem, el Gólgota, Belén, los rollos del Mar Muerto? El Technion de
Haifa, pasará a ser historia? El Conservatorio de Violín de Jerusalem
será destruido hasta sus cimientos? No lo duden los seres humanos
todos: la Humanidad entera se juega su existencia futura en este
conflicto. Perderemos la paz, después de tantas guerras inútiles?
Alma Presente
Alma presente. Conciencia vigilante. Favor no molestar.
Si molestan, tengan muy presente: debe ser algo importante
valga la pena, tenga suficiente valor en interrumpir merecido
descanso. Jornadas numerosas de trabajo han atribulado tanto
el alma y la conciencia, defendiendo morales atributos, inmorales
hechos. Exhausto el intelecto, cansada la excelencia de no poder
ser impuesta, el alma se ha tendido en el lecho de la vida, a meditar la futileza de sus
logros, el desahucio del bien expuesto, la moral destruída, el combate sangriento.
No molestar al alma por favor: dejen de hacerlo so pena de castigo eterno. Finalizado el
reposo volverá al combate, nuevas fuerzas, nuevas ideas, nuevos argumentos. El mundo,
asombrado; tus amigos, contentos, los enemigos indefensos; alma en bandolera, ahora
abajo en soldadesca actitud pero enhiesta, siempre enhiesta. Ella en realidad nunca
descansa; solo espera momentos propicios para enprender la empresa , defender los
propios, moral y principios del precipicio vil que los acecha. Almas no duermen;
siempre tienen el ojo abierto, la lana en ristre, la adarga al brazo.
Alma humana en verdad, Quijote de una libertad llamada Sancho Panza. Alma, Cid
Campeador, ganando batallas mientras descansa haciéndose la muerta, cuando muy
viva esta. Alma a bordo de un buque llamado Libertad; alma marinera del mar de la
moral. Alma, alma mía, alma de mi presencia en este mundo de tránsfugas, ladrones, y
poetas. Alma mía, única propiedad real de tantas falsas propiedades, alma defensora de
tanto insulto, tanta libertad de ofensa, tanta desgracia junta. Alma libre, de trabajar o
descansar, ir o venir, incluso vivir o morir. Alma eterna, como la vida que espera en
otro mundo a quien ejecutorias sean buenas , por disposición no autorizada. No hay quien
lo autorizara. Solo está, sola, agazapada dentro nuestro, dentro de sí misma, milagro de
los tiempos, de los dioses, de toda una humanidad dispuesta para la gloria en singular
batalla.
Salve, alma mía, salve! Y bendita seas por el dios de los dioses y por todos los hombres!
La Cuerda
La soga al cuello: original castigo de robo de caballos o ganado en el oeste norteamericano. Actualmente, castigo ofrecido, deseado, buscado, nunca cumplido, para ladrones insuperables del erario nunca castigados, protección oficial de por medio.
Cuerda: artículo con el cual se amarran los zapatos; los zagaletones, siempre bromistas como nadie, inclusive este cronista de tiempos memorables, a veces tienen ocurrencias similares a las tomadas por ciertos militares, les amarran los zapatos al gobierno, para hacerlo salir del ruedo de espontáneo. Si esto no lo hace, le dan una suave ayudadita, una empujadita,
femenina de empujoso, ay caiga suavemente sin hacerse daño ni el gobierno ni su gente. A veces el azar, como es costumbre del azar, no pasa totalmente lo esperado; alguien sale lesionado, pero no del gobierno ni su gente, sino algunos de los mirones de siempre. Es tanto el sacrificio junto al esfuerzo de no hacer ningún daño a los mirones, resuelven, sacrificados por el bien común como son todos los (los militares, no los del pueblo) resuelven quedarse eternamente cuidado no se les vuele el sombrero en un ventarrón de esos ocasionales cuando las cosas peores se van poniendo.
Cuerdas de matones, recorren los barrios donde viven ellos mismos, regando vainas de caraotas negras por el piso, haya trabajo de recogerlas, haya comida para comer caraotas negras con queso, el mismo comen sus gobiernos a satisfacción de los matones.
Cordones, cuerdas mas largas, mas gruesas, amarran las botas de guardianes de la paz de la república, malos hijos de la patria quieren verla arrastrada por las calles. Ellos, héroes homéricos, los harán morder el polvo, así sean mujeres. Los pétalos de las rosas, carmines mejillas femeninas, son para acariciarlas no para escarnecerlas. Buy, as usual, that dress is bigger than needed. Pero, esa es comida demasiado buena para paladares tan novatos. Son un fracaso! Las manifestantes, alarde de feminidad triunfante, terminan en el suelo, golpeadas, humilladas, símbolo vergonzante de una Venezuela olvidada, orillera, malasangre. Desastre incomparable: ningún país muestra iguales imágenes, rostros semejantes. Ninguno. Los países abren la boca de asombro, no para condenar esos actos tan brutales. Para silenciarlos, no sean publicados, sean ignorados por el resto de una población embrutecida por el medio. Suena duro el hablar de eso. No hay manera de suavizarlo, en aras de una imposible reconciliación en el futuro, cuando ya todo esto haya pasado y volvamos a ser el país que antes fuímos y hoy deseamos volver a ser, bendito sea el Dios de los cristianos!
La cuerda floja, peligroso alarde de supremo equilibrio, lance peligroso, continuo, para algunos políticos sin definirse sobre lo que debiesen haber decidido; delincuentes en el límite de lo permitido y lo prohibido; mujeres honestas en la brecha de seguir siéndolo o transitar por sendas de traiciones ya transitadas por miles de mujeres. Cuerda floja, la de oncólogos famosos, de fama comprobada, en decirle a sus pacientes: usted se muere, o no se muere ahora pero morirá pronto.
Cuerda, por debajo de la cual, todos a veces reciben algo a cambio de silencio, muerte para pobres seres víctimas de violaciones de las leyes, riqueza para los que callan y se hacen los fuertes ante una conciencia colectiva implacable, dominando al mundo, por debajo de cuerda. Cuerda, femenina del cuerdo, aquella cuya locura es creerse cuerda, mientras comete todas las locuras, capaces como son, de cometerlas.. Vamos a dejar esto así, confesión de quienes ya no tienen argumentos; volveremos al asunto mañana, cuando estemos cuerdos, suficientemente cuerdos para salirnos del hoyo donde nos metieron, atorrantes, malandantes, caminantes de caminos perversos.
Saldremos, mis queridos cuerdos. Cuando estemos locos otra vez, saldremos de esto. Lo prometemos. Nos lo han prometido también, otra vez, y otra, y otra. Qué le vamos a hacer? Si estamos todos locos, como lo sospecho!
La Canción del Desierto
Canción del desierto: Dennis Morgan, cantante; ya nadie
lo recuerda; yo sí, ídolo juvenil, tenor sin fallas; héroe de una saga
no igualadas en otros desiertos, como el de Sahara. No has oído,
casualidad de un día, una canción silbada por el viento, entre las arenas
de los médanos de Coro? Es un coro, como el de aquellos niños
cantores de Viena, lamento inigualado de unas sedientas arenas?
Se les escuchaba decir sin ninguna pena, pena, penita, Necesito
agua! Deseo agua! Quiero agua! Repetía el eco: Quiere agua! Nadie
respondía sino el mismo viento silbando en las arenas. Alguien tuvo
piedad e iniciativa: el menos indicado, pero el mas atraído por el
predicamento de arena tan sencilla: un niño, en vías de nacer, iba
rumbo al sitio de su nacimiento, envuelto en una sábana, llevado
por cigüeña, tomó un poco de agua, la lanzó por el cielo; al llegar
al suelo, era ya un diluvio, inundó las arenas todas hasta donde llegaba
el desierto. Era tal la inundación forzada, casi ahoga los granitos.
Ahora, florecieron los desiertos, florecieron las bromelias, sonrió
el Señor en su celestial apartamento – todo fué luz y alegría en aquel
antes ominoso desierto. Tú, caminando siempre por caminos de lúcidas
estrellas, si encuentras alguien quien te pide algo, dáselo: verás florecer
una sonrisa, abrirse feliz unos labios y darte un beso merecido. Guarda ese
beso, atesóralo, hay pocos y cada día aumenta su valor y crece tu fortuna
aunque no tengas nada, ni dónde caer muerto,
Resucitarás al tercer día. Te lo prometo. Así habló el dios
y se quedó en silencio.