Las Maldades

Crees, desventurado, que la maldad tiene un límite? Lamento informarte que nó. No lo tiene, no hay fronteras para la maldad, el daño, la ruina, la desgracia, el dolor que pueda inflingirte otro ser humano como tú, igual que tú, que también pudiera sufrir igual que tú. Qué horrible desviación, por citar un ejemplo, pudiera inspirar la medida tomada por las autoridades de este país, tu país, el país de todos?

Me refiero a la medida de la cual por supuesto no te has enterado por las vías normales, prohibida está la comunicación de la población con sus familiares en el extranjero. No podrás enterarte de nacimientos, bodas, compromisos, decesos, mudanzas, nuevos números de teléfonos donde llamar a tus amigos. No podrás enterarte, Dios del cielo, del día y hora en que este despropósito termine y el Gran Caimán se haya marchado o muerto. Hasta ese conocimiento te lo quita el mismo que se ha de morir en algún momento.

No podrás notificarles a tu vez, los mismos sucesos de aquí a los que están afuera. Sin mencionar y aquí viene lo bueno: el próximo paso lógico es prohibir en el mismo país hacia dentro lo que acaban de prohibir hacia afuera. No podrás llamar a Maracay a tu hermana a preguntarle por su salud ni darle cuenta de la tuya. No sabrás nada de nada, vivirás en un limbo exquisito, una soledad profunda, una burbuja aislante donde no hay arrriba ni abajo, ni dos lados a donde voltear buscando el equilibrio.

Silencio en las gradas, en los bleachers, en los teatros y cines, stadiums, autopistas, carreteras, compañîas de telefonîa, fronteras,
puertos, aeropuertos, ríos lejanos y cercanos, silencio en las tumbas de los vivos y los muertos. Sólo una sola voz se oyó en todo el Universo. Una sola, pero suficiente para la conmoción provocadora: Díganme Ustedes, Dios existe?

La Peste

Tenías una casa, producto de tu esfuerzo; creías  tener refugio seguro,
seguridad suprema, Pero no era así, llegaron en silencio los sin
rostro, te sacaron de tu casa, cerraronte la puerta sin posibilidad
de ser reabierta. Sin forma de volver atrás y adentro de tu casa,
caminaste un poco en busca de otra casa y la hallaste, pero esta
vez,los sin rostro no te dejaron entrar y te lanzaron a la calle. El
Camino abierto era la ruta del desplante, del refugio en tierra
extraña, extranjero en donde no te quieren, obligado a hablar un
idioma que no entiendes, respirar un aire frío que te hiela el alma
enferma.

Estás hablando del exilio, querido amigo. Sí, siempre se tratará de
eso, siempre será la propia imagen del fracaso.  El exilio es el
castigo máximo, desde los tiempos  de la Roma Imperial. Ellos, los
romanos, enviaban al exilio, fuera de Roma, a quienes declaraban
enemigos del Senado y Pueblo Romanos.

Qué debo hacer entonces, preguntas muy airado. Pues huir! Huye de
esta peste que nos está aniquilando, a nosotros y a a esta patria
triste. Pero huye hacia adentro, dentro de tí mismo, o dentro del
país interior que todos los países tienen en los durmientes de sus
trenes y en el borde de sus caminos. Piérdete por  la inmensidad,
llanos del Guárico y Apirire, sigue por los de Casanare. Es el mismo
llano, la misma gente, dividida por una raya imaginaria invento de
loco geógrafo vendido al servicio de intereses extranjeros.  Sube
por los cerros  de los Andes amigos de todos los viajeros, transita
el camino de la aldea Los Venados a lomo de bestia baqueana de todos
los caminos montañosos de mi tierra, cálate un poncho andino y
siéntate a la puerta de una choza a contemplar el ventisquero. Sube
por los caminos del sur de Mérida, la ciudad de los caballeros,
Borota, por ejemplo, pueblo adonde nadie va, excepto los aventureros
y respire el aire libre puro de la Montaña, no el aire podrido de la
ciudad de hierro. Vete a la selva de Guayana, escala el más alto de los
Tepuyes, el Auyán y mira hacia abajo, contempla la neblina que deja el
salto sin llegar a la tierra, contempla asombrado los milenios que
llevan esas planicies altas  de existencia.

Y cuando ya no quede nada, ni tierra, ni aire, ni peste, ni nada,
absolutamente, nada, que te quede la libertad. La libertad es lo único
que nos queda a los hombres cuando todo lo han perdido, todo nos los
han quitado.  Moriremos libres,  no podrán evitarlo todas las pestes
que han asolado este mundo desde el comienzo de los tiempos.

Miguel de Cervantes

Te han descubierto, mi querido Don Miguel, ya no puedes esconderlo.
Desciendes por las dos ramas ancestrales de judíos conversos. Se sabía
de antes, pero ahora se han hallado documentos en archivos antiguos de
Sevilla y otros cercanos, los cuales, si a ver vamos, confirman
la sospecha : descendías de marranos.  Pruebas al canto. Fuiste cobrador
de impuestos reales, autorizaste a una mujer llamada Magdalena
Henriquez a cobrar tu sueldo. Como fué eso, Don Miguel? Qué relación
tenías con esa mujer y con ese apellido?  Una cosita mas para agregar
a ese caldo sevillano: eras proveedor de insumos de un llamado
Cristobal de Barros, apellido también con un olor a judío que no deja
de sentirse a la distancia.

Puede que nada de esto sea verdad, Puede ser verdad sólo en algunas
partes. Lo que importa es la fábula, tan del gusto de los hombres de
letras. Ser judío no es ninguna vergüenza. No es así, Don Miguel?
El hombre calló, durante 4 siglos, hast hoy, cuando habla por medio de
su firma hallada en buena hora, en documentos originales, sin dudas,
sin inquinas.

Adelante, Don Miguel de Cervantes. Bienvenido a tu gente.

Otra Vez El Camino

El éxodo, la diáspora, la fuga, la huída indiscriminada por
cualquier camino que los lleve lejos, preferiblemente a donde están
los suyos, aunque en precaria y frágil paz. Si no es posible, a
cualquier parte, región o vecindario. Pero, Dios del alto cielo,
el odio va con ellos, donde quiera que vayan, donde se encuentren.
Renovadas figuras fantasmales, recogen incógnitas pertenencias,
agrupan la familia a su alrededor, juntos todos, a admitir la
experiencia del fracaso. Dejan la casa construída, la tierra que
los vió nacer y la primera que vieron los ojos de sus hijos, para
tomar el rumbo incierto del camino desandado. Por cualquier vía,
terrestre, aérea, marítima, se escapan los fugitivos. Afortunadamente
para ellos, existe una tierra de promisión, la cual llamó a los
desheredados de la tierra a unirse a ellos, y construyeron la nación
mas poderosa del mundo. No poca proeza, esa.
Esa tierra de promisión es América, la del Norte. La del Sur es
continuación del sufrimiento inmerecido . Allí, más en Nueva York,
ellos los excluídos se hundieron en el panorama urbano, humano y
citadino. Sus expresiones pasaron a ser parte de la vida de todos.
Apenas asomos de discriminación podían sentirse, aún hoy pero no hay
seguridad de ello. Vengan a cubrirse con el manto de la misericordia,
y se abrirá un nuevo camino, esta vez, otro camino.
El de la felicidad plena.

Carta Abierta

Creo mi deber como ciudadano del mundo, escribirte los pensamientos
que me inspiran, hombre viejo como yo y al final de su vida, los
acontecimientos actuales, motivo de preocupación en familiares, amigos,
relacionados, y demás personas del entorno de todos. Todo esto se
refiere por supuesto al Medio Oriente, región donde la muerte se ha
enseñoreado de la vida rutinaria de poblaciones presas en su
propio laberinto. Muertos jóvenes y niños todos los días, anuncian los
periódicos, atestiguan las acciones, lloran las familias. Quién les
ha dicho a esos capitanes de la sangre que la muerte engendra vida?
La muerte sólo engendra más muerte, y si hoy son tres los muertos
sumados todos, mañana serán 100 y pasado 3000. Por ese camino de las
sombras todas esas tierras revertirán al desierto de la antiguedad por
la propia voluntad de sus habitantes. Pero lo más tragico de todo este
descalabro moral son los jóvenes, niños y adolescentes, los que
están siendo muertos, asesinados o enviados a la muerte. Cuando todos
los jóvenes hayan muerto, y no lo duden, se morirán todos, sólo
quedarán los viejos, quienes se extinguirán en pocos años y todo esa
tierra volverá a ser el erial de los tiempos bíblicos. Es eso lo que
se quiere? Ver desaparecer en una hoguera muy alta, hasta elcielo de
de Yahveh y Allah, la ciudad Jerusalem, los restos del Templo, las
mezquitas, los museos, el Barrio Judío, las murallas, las puertas de
Jerusalem, el Gólgota, Belén, los rollos del Mar Muerto? El Technion de
Haifa, pasará a ser historia? El Conservatorio de Violín de Jerusalem
será destruido hasta sus cimientos? No lo duden los seres humanos
todos: la Humanidad entera se juega su existencia futura en este
conflicto. Perderemos la paz, después de tantas guerras inútiles?